Los pensamientos.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
Jeremías 29:11-13.
Porque Dios conoe nuestros pensamientos, por eso al buscar la presencia del Altísimo debemos hacerlo de corazón puro y sincero.
Cuando nos entregamos de cuerpo, alma y espíritu, él se vuelve para nosotros y hallarlo a él, significa pertenecerle y ser su morada para agradarle y hacer su voluntad.
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