Sed
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.
(Salmos 42:1)
Dios es el que coloca esa sed dentro de las personas para buscarlo y saciar esa sed, dándonos de beber de esa fuente de agua de la vida que es el señor Jesús a través del Espíritu Santo.
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