Cisternas

Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua. 
(Jeremías 2:13).
Nuestra confianza debe estar en el Señor Jesús, la fuente de agua viva y no en aquello que conquistamos materialmente, que sea él el primero en todas las cosas que hacemos.

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