Mi morada
Yo habito en la altura y en la santidad , pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para renovar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados. (Isaías 56:15)
Reconocer que no somos nada sin Dios y humillarnos delante de su presencia, reaviva y fortalece nuestro ser.
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