"No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mio eres tu". (Isaías 43:1).
Cuando entregamos nuestras vidas por completo para el Señor Jesús y hacemos su voluntad, pertenecemos a él, pues él dio su vida por nosotros para salvarnos y podemos pasar momentos difíciles pero ningún mal nos hará daño.
Comentarios
Publicar un comentario