Limpios de Corazón

"Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para los limpios de corazón" (Salmos 73: 1).
Cuando pensamos como niños, es decir, tenemos un corazón puro, sin malicia, sin resentimientos, sin maldad, y queremos de corazón sincero arrepentirnos de las cosas que desagradan a Dios, el atiende nuestras suplicas.

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